martes, 29 de septiembre de 2009

Criptonita.


- Sus ojos estallaban de deseo cuando me miraba. Era algo especial, además, una suave brisa, bordeaba mi cara, haciéndola más precisa y más distante, a la par.
Estallaban como bombas mis oídos, al ver qué se alejaba, mi cabeza empezaba a mezclar palabras sin sentido, y mi moral carecía de excitación. Pero de pronto, pude ver a lo lejos qué me sonreía, con esa sonrisa qué desembocaba tantos mares de diferentes sacudidas en mi cabeza, y sí, me estremecí. Cualquier joven adolescente se hubiera quedado más qué atónita al ver su cara, la de aquel chico que se fundía en mis sueños noche sí, noche también, pero yo NO. Yo, intentaba disimular, claramente. Y así eran todos mis días, miradas, sonrisas, y, cómo no ! A M O R. Siempre me quedaran, esas noches, no reales, en las cuales, podía tenerlo siempre qué quisiera, a mí lado.

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